viernes, 2 de julio de 2010

Cuando llega la noche


Vaso lleno, papel en mano
empiezo la misma noche de siempre...

Me siento sobre la cama,
me llevo las manos a la cabeza
e imagino otra noche de tormento,
otra noche de rutinarias lágrimas.

Observo mi alrededor,
pero nunca consigo ver nada,
llego a mirar el techo
iluso por creer posible la aparición de alguna divinidad,
un alma que logre resolver esto,
esperando respuesta del que está más allá
para ofrecerme su ayuda.
Pero no son más que simples deseos,
inalcanzables ilusiones.

Con coraje e impotencia
me tumbo para tomar fuerza.
Rezo a un Dios inexistente,
ateo desde mi consciencia.
Me nace hacerlo desde que la siento mía,
me nace hacerlo por ella,
rezo por su salud y la de su familia,
rezo por la salud de la mía.

Rezo al que me escuche,
rezo al que este al otro lado
esperando que exista influencia.

Abrazo mi almohada.
Cuando su corazón aún era mio
soñaba que pronto seria ella,
Ahora abrazo mi almohada vencido,
agonizando porque no es así
Cada vez la agarro más fuerte,
empapada por mi lloro,
ya no se dormir sin "ella".

Ella debería ser mi almohada,
como mi amor dicta,
ella debería dormir a mi abrazada.
Quisiera protegerla,
cuidarla en la noche,
cuidarla en el día.

Tras horas muertas,
mil vueltas en la cama,
vuelvo a llenar mi vaso,
como siempre,
necesito más papel...


3 comentarios:

  1. Muchas veces, la compañia que tengo es un simple y vacio papel...

    Besos!

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  2. Esa tambien es mi unica compañia desde hace un tiempo.

    Besos

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  3. Yo creo k tambien es la primera vez k lo visito.
    Pero volveré.

    Hasta el limite luchare,eso si..
    no existen limites,asi que si eso,lucho mas allá
    Un besito

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